No dejaba de
pensar en Cesar y en Lucas, ni siquiera en la nota “Te volviste una de ellas”;
no podía creer que todo esto estuviera pasando en el primer día de clases,
reencuentros, amores perdidos, una guerra declarada, una nueva etiqueta y lo más
importante nuevas amigas. Este año seria que pintaba para ser el peor ciclo
escolar, tal vez sería el mejor; ya no estaba sola y tenía que aprovecharlo
pues no sabía que tanto tiempo podría durar.
Cesar llamó
varias veces por teléfono a lo largo del día, pero ni una sola vez conteste, no
quería saber que tenía que decirme, que era aquello tan importante para que
ahora después de dos años tenga ganas de contarme, ¿Por qué no antes, por qué
ahora? Había tantas dudas en mi cabeza y en mi corazón.
-Oye Lía,
despierta; eres la única que puede ayudarnos con esta tarea – Arumi notaba como
empezaba a sumergirme en mis pensamientos y me traía de vuelta, suspire.
-Muy bien
chicas, pero esto es muy fácil, se los explicare nuevamente – todas eran muy
inteligentes y sabia que solo estaba allí conmigo para distraerme de cualquier
cosa que estuviera pensando, más exactamente, para que mis pensamientos no
vagaran hacia Lucas o Cesar.
-¡¡¡Aburrido!!! –
Grito Vivian – Yo no se porqué insisten en preguntarle cuando todas ya hemos
terminado los ejercicios, excepto ella – sabia que eso era cierto.
-Basta chicas,
en serio estoy bien – les dije lo más normal que podía, no quería preocuparlas
y como no tenía ganas de poner a trabajar mi materia gris copie los resultados
de las chicas.
-Tramposa – me acuso
Azur
-Oh déjame ser,
solo esta vez – suplique con mi mejor carita de inocente. Todas se echaron a reír,
aproveche la distracción para terminar de copiar pero hasta eso se me complico,
no tenia cabeza para nada.
Después de que
terminamos toda la tarea o casi toda, preparamos unos pequeños aperitivos, aun teníamos
un poco de luz solar y podíamos disfrutarlos, mamá dijo que llegaría tarde.
-¿Y bien? – Me lanzo
Vivian - ¿nos contaras que tienes planeado para las “plásticas”?
No esperaba ese
giro en mis pensamientos y como por arte de magia mi cerebro empezó a carburar.
-Sabotaje, pero
no tengo más ideas, esperaba que pudieran ayudarme con eso pues hasta esta
mañana no pensaba declararles la guerra solo salir de su radar.
-Muy bien, ¿Qué tal
si empezamos desde abajo? Según lo poco que he podido ver Sophy es la líder de
esas cuatro, pero para que un líder pueda existir debe de tener seguidores, así
que sugiero que empecemos por sus compinches
Quién diría que
Arumi, la inocente del grupo, sería tan buena estratega
-Yo estoy de
acuerdo pero como haremos… cualquier cosa que hagamos
Todas nos
quedamos con cara de “y eso qué quiere decir”. Nos miramos una a una y
comenzamos a reír, incluso Azur que se había expresado no muy bien.
-Yo tengo un
plan… - todas volteamos a ver a Vivian que parecía estar muy concentrada en su
celular.
Un teléfono empezó
a sonar
-Ya contéstale,
ya me tiene harta de que te este llamando cada cinco minutos, ¿acaso no
comprende que es tarde de chicas? – Vivian parecía que estaba enojada
Mire el celular,
pero no era Cesar, era un numero que no tenia registrado, un número desconocido.
-¿Diga? –
conteste no muy segura, pero si era Cesar llamando de otro numero le colgaría,
no estaba preparada aun para hablar con él.
-Hola preciosa, ¿Cómo
estás? – esa voz se me hacia familiar pero no podía identificar de quien se
trataba.
-Perdón, ¿Quién habla?
– de quién es esa voz
-Uy, para la
otra no te vuelvo ayudar con las indicaciones – ¡¡claro!! Esa es la voz de Adam
-Hola, Adam, perdón
es que por un momento no pude identificar tu voz – esperen ¿Cómo consiguió mi
numero? Él me lo había dado, no al revés
-No te preocupes
preciosa, solo quería saber cómo te fue en el primer día de clases – ouh un
chico que se preocupe por ti, qué hermoso.
-Muy bien
gracias, solo unas pequeñas sorpresas
-Si, algo así
supe
-¿Qué, cómo? – Esto
me empezaba a asustar un poco –Oye espera un minuto, ¿Cómo es que conseguiste
mi numero? Yo jamás te lo día
-Oye preciosa,
eso no te lo diré, hasta alguien como yo tiene sus contactos. Lamento no poder
hablar más contigo, tengo que hacer los deberes o tendré malas notas, y no creo
que te guste tener un novio con bajas calificaciones
Antes de que
pudiera decirle algo o por lo menos que pudiera reaccionar a lo que me dijo, se
despidió y colgó. Después de esa extraña conversación decidí registrar el número,
no quería más sorpresas, y también registre los números de las chicas.
-Entonces
Vivian, ¿Cuál es el plan?
Vivian me miro
divertida, como si me hubiera jugado una mala pasada de la que yo no estaba
enterada.
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