Estaba muy
nerviosa, tanto que casi no pegue ojo durante toda la noche, era mi primera
cita real con un chico real, ¿qué le iba a decir? Lo mejor sería ahorrarnos el
mal rato y la vergüenza que le haría pasar, mejor le llamo para cancelar la
cita. No podía estar más en la cama, me puse de pie, alcance el celular que
estaba en el escritorio y empecé a escribir.
“Adam, lo siento, surgió algo realmente
importante y no podre asistir a nuestra cita” pero que mentirosa soy, antes de poder darle
enviar el teléfono vibro anunciando una llamada. Oh no, era Lucas y ahora qué,
el teléfono sigue vibrando pero no sé si debo contestar, la llamada se va al buzón
de voz, salvada. El teléfono volvió a sonar pero esta vez era Adam, que bien,
ahora tendría que decirle por teléfono en lugar de por mensaje, conteste.
-¿Diga? – fingí
mi voz somnolienta lo mas que pude
-¿Lía? Perdón te
desperté – fue una afirmación en lugar de una pregunta, pero esperaba que
llamara para cancelar la cita
-No, no te
preocupes, dime ¿pasa algo?
-No, solo
quería… - si, va a cancelar la cita, mi corazón se acelero pero no supe si de
alegría o tristeza – quería confirmar la hora de nuestra cita
-¡¡Oh!! Pues
quedamos que a las doce – ya no había marcha atrás, acudiría a la cita
-Ok, sé que es
de último minuto y que seguro te acabas de levantar pero me gustaría invitarte
a desayunar
-Si, está bien
pero dame una hora para arreglarme – mi corazón estaba acelerado pero de
alegría.
-Ok, esperare
abajo
-¿Cómo que
abajo? – le dije sorprendida, quedamos de vernos en el parque, afortunadamente
mi madre ya no estaba en casa
-Me tome la libertad
de venir hasta acá para que no me fueras a botar, así no tendrías escapatoria
-Pero ¿cómo –
bajaba las escaleras corriendo – has llegado hasta aquí? – le dije ya abriendo
la puerta y separando el celular de mi oído.
Se me quedo
mirando con una sonrisa en los labios y una mirada divertida, pero que… un
momento, baje en pijama, un short negro y una playera de tirantes que casi no
dejaba nada a la imaginación. Cerré la puerta para cubrirme
-Perdón si te he
despertado – la sonrisa de Adam aun estaba en su cara
-No, lo siento,
no estoy presentable, pasa y toma asiento ahora bajo – abandone la puerta y subí
corriendo los escalones hacia mi cuarto, seguro Adam había visto mi poca pijama
-Cierra la
puerta por favor, ponte cómodo – grite desde arriba
Saque lo primero
que vi en el armario, unos jeans grises, una camisa lila y mis botas de poco tacón,
mis preferidas… Cuando baje a la sala, Adam estaba sentado en el sillón,
parecía incomodo, cuando me vio acercarme se levanto de golpe y se le ilumino
la cara.
-¿Quisieras
desayunar aquí? – le pregunte un poco nerviosa, era la primera vez que un chico
entraba en mi casa y mas sin estar mi madre
-Preferiría que
fuera en otro lugar, yo invito, de verdad – su sonrisa ahora era forzada,
nerviosa.
-Ok, vamos –
tome una chamarra, mi pequeño bolso cruzado en el cual iba mi cartera, celular
y llaves, no podía dejar que el pagara todo.
Fuimos al centro
comercial, allí podríamos encontrar de todo sin tenernos que desplazar largas
distancias, entramos a la cafetería “Con
Aroma de Mujer”, jamás había tenido la oportunidad de entrar pero decían
que era muy buena, las chicas la recomendaban mucho. Desayunamos en silencio,
creo que ninguno de los dos sabia que decir, de repente mi celular empezó a
sonar. Conteste sin fijarme en quien era…
-¿Si?
-Hasta que
contestas – la voz sonaba preocupada – fui a tu casa y nadie abrió
-Eso es porque
no había nadie, Lucas, ¿no lo sospechaste? – mi tono era más mordaz de lo que
pretendía, Adam me miraba atento, había dejado la comida de lado
-Lía, lo siento
¿vale?
-¿Qué es
exactamente lo que sientes Lucas? – estaba en una cita con Adam y Lucas lo
estaba empeorando todo, si es que eso se podía
-Lamento todo,
¿podemos hablar?
-Estamos
hablando – miraba a Adam con un gesto de disculpa y él solo sonrió
-Me refiero a
personalmente
-No me interesa
lo que tengas que decir, bye Lucas, ya no interrumpas
Colgué el
teléfono, aunque hubiera querido apagarlo no podía porque mi madre seguro
llamaría.
-¿Problemas? –
pregunto Adam curioso y divertido
-Ninguno – le
sonreí pero seguro mi sonrisa no llego hasta mis ojos.
-Ok,
¿terminaste?
-Si, ahora ¿A
dónde vamos?
-Es una sorpresa
– dijo Adam levantándose
-Pensé que
iríamos al cine
-Si pero aún
falta mucho para la película que seguro quieres ver
Se levanto de
prisa, sin darme tiempo para preguntarle qué quería decir con eso, me tomo de
la mano y caminamos por todas las plantas de la enorme plaza hasta que, al
parecer encontramos lo que tanto buscaba. Y cuál fue mi sorpresa al ver donde
nos detuvimos, un local de video juegos.
No es
exactamente lo que una chica imagina de su primera cita pero fue de lo mejor,
la mayoría de los juegos en los que probamos suerte fueron en los de destreza,
tiro al aro, baile, etc. Para el baile tenía dos pies izquierdos así que Adam
termino ganando y yo con un dolor horrible en el estomago por las carcajadas
que teníamos al ver que yo no daba ni una.
Al salir de los
videojuegos…
-La idea
original era la feria pero no sabía cómo estaría el clima, además aquí hay
menos gente – me dijo Adam cuando estábamos formados en la taquilla para
comprar los boletos.
-No te preocupes
me la estoy pasando genial.
-¡¡Muy bien!!
Entonces la próxima cita iremos a la feria, si tu quieres claro – no parecía
muy seguro de que aceptaría.
-Lo siento pero
solo salgo una vez con cada chico
La sorpresa y desilusión
no se hizo esperar en la cara de Adam
-Lo siento, no
lo sabía – en sus ojos había tristeza y algo más.
-No es cierto,
es broma – no pude aguantar más y solté una carcajada, Adam parecía aliviado y
un poco avergonzado porque algunos habían volteado a vernos.
Adam era
fantástico, estábamos bromeando y riendo como un par de enamorados hasta que mi
risa desapareció, menuda sorpresa fuimos a encontrar en el cine. Adam se giro
para ver qué era lo que llamaba tanto mi atención y el motivo por el cual había
dejado de pasarlo tan bien. Allí estaba Lucas con nada más y nada menos que con
la líder de las “plásticas”, Sophy; ambos se dieron cuenta de que los
mirábamos.
-¿Estás bien? ¿Quieres
que nos vallamos? – me pregunto Adam trayéndome a la realidad otra vez.
-No, no, estoy
bien, ¿Qué película vamos a ver? – mi tono era distante
-Estaba pensando
en “Receta para el desastre”, es cómica, pero si prefieres otra, no hay ningún
problema
-Esa está bien,
seguro la pasamos genial. Voy por las palomitas, ¿quieres algo en especial? –
Adam negó con la cabeza y antes de marcharme me tomo de la mano y me jalo hacia
él, dándome un abrazo
-¿Segura que
estas bien? Si quieres podemos dejarlo para otro día – me susurro al oído
-Segura, voy por
las palomitas – le dije sonriendo
Estaba formada
en la fila de las palomitas cuando Sophy se acerco a mí.
-Hola querida Lía
– su tono era más bien hipócrita, a ella tampoco le agradaba verme en aquel
lugar, seguro le había arruinado la fiesta con Lucas
-Mmmm
-Veras, solo
quiero decirte una cosa – a pesar de que no la miraba le prestaba atención, más
de la que quisiera en realidad – Aléjate de Lucas ¿está bien? Me gusta y lo
quiero para mí y tú no lo vas a echar a perder
-No tengo nada
que ver con Lucas – por fin me gire a verla y aunque no era mucho más alta que
yo sí que me llegaba a intimidar.
-Pues yo no
diría exactamente eso, y sabes muy bien a lo que me refiero, él no para de
hablar de ti y que quiere recuperarte, lo mejor será que te alejes ¿Entendiste
niña? – me pellizco tan fuerte que casi lloro pero no agache la cabeza
-Eso es asunto
de mayores niña, no te metas – le dije desafiándola con la mirada. Adam se había
acercado a nosotras
-Lía ¿está todo
bien? – Me pregunto Adam sin dejar de mirar a Sophy
-Si claro, vamos
por las palomitas – tome a Adam de la mano y antes de irnos lo suficientemente
lejos Sophy grito
-Adiós Adam,
diviértete con la niña
Mire intrigada a
Adam
-¿La conoces?
-Y quien no lo
hace – lo decía con un tono arrepentido, lo deje estar
-Tienes razón,
entremos a la sala, seguro que ya vamos tarde…
Cuando termino
la película ya era muy tarde, decidimos no comer, pues con todas las palomitas
y golosinas que compramos estábamos satisfechos y el café lo dejaríamos para
otra ocasión. Adam me acompaño hasta casa…
-Casi fue un
perfecto día – dijo Adam sin casi convencerse, después de encontrar a Sophy mi
humor cambio drásticamente
-Si, casi – le
dije, sabia a lo que se refería
-¿Quisiera saber
si volverías a salir conmigo? – Adam estaba cauteloso
-Claro, pero la
próxima vez escogeré yo la película y el cine
-Me parece
perfecto – Adam esbozo una sonrisa, una sonrisa de la que cualquiera podría
enamorarse, hasta yo
-Creo que es
hora de que entre
-Si claro, descansa
– Adam se acerco para despedirse, sus labios rozaron con los míos levemente,
cuando pude reaccionar Adam había salido a la carrera.
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Chicos, no se vallan sin comentar por favor...
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