15 oct 2014

Capitulo 7. Receta para el desastre

Estaba muy nerviosa, tanto que casi no pegue ojo durante toda la noche, era mi primera cita real con un chico real, ¿qué le iba a decir? Lo mejor sería ahorrarnos el mal rato y la vergüenza que le haría pasar, mejor le llamo para cancelar la cita. No podía estar más en la cama, me puse de pie, alcance el celular que estaba en el escritorio y empecé a escribir.

Adam, lo siento, surgió algo realmente importante y no podre asistir a nuestra cita”  pero que mentirosa soy, antes de poder darle enviar el teléfono vibro anunciando una llamada. Oh no, era Lucas y ahora qué, el teléfono sigue vibrando pero no sé si debo contestar, la llamada se va al buzón de voz, salvada. El teléfono volvió a sonar pero esta vez era Adam, que bien, ahora tendría que decirle por teléfono en lugar de por mensaje, conteste.

-¿Diga? – fingí mi voz somnolienta lo mas que pude

-¿Lía? Perdón te desperté – fue una afirmación en lugar de una pregunta, pero esperaba que llamara para cancelar la cita

-No, no te preocupes, dime ¿pasa algo?

-No, solo quería… - si, va a cancelar la cita, mi corazón se acelero pero no supe si de alegría o tristeza – quería confirmar la hora de nuestra cita

-¡¡Oh!! Pues quedamos que a las doce – ya no había marcha atrás, acudiría a la cita

-Ok, sé que es de último minuto y que seguro te acabas de levantar pero me gustaría invitarte a desayunar

-Si, está bien pero dame una hora para arreglarme – mi corazón estaba acelerado pero de alegría.

-Ok, esperare abajo

-¿Cómo que abajo? – le dije sorprendida, quedamos de vernos en el parque, afortunadamente mi madre ya no estaba en casa

-Me tome la libertad de venir hasta acá para que no me fueras a botar, así no tendrías escapatoria

-Pero ¿cómo – bajaba las escaleras corriendo – has llegado hasta aquí? – le dije ya abriendo la puerta y separando el celular de mi oído.

Se me quedo mirando con una sonrisa en los labios y una mirada divertida, pero que… un momento, baje en pijama, un short negro y una playera de tirantes que casi no dejaba nada a la imaginación. Cerré la puerta para cubrirme

-Perdón si te he despertado – la sonrisa de Adam aun estaba en su cara

-No, lo siento, no estoy presentable, pasa y toma asiento ahora bajo – abandone la puerta y subí corriendo los escalones hacia mi cuarto, seguro Adam había visto mi poca pijama

-Cierra la puerta por favor, ponte cómodo – grite desde arriba

Saque lo primero que vi en el armario, unos jeans grises, una camisa lila y mis botas de poco tacón, mis preferidas… Cuando baje a la sala, Adam estaba sentado en el sillón, parecía incomodo, cuando me vio acercarme se levanto de golpe y se le ilumino la cara.

-¿Quisieras desayunar aquí? – le pregunte un poco nerviosa, era la primera vez que un chico entraba en mi casa y mas sin estar mi madre

-Preferiría que fuera en otro lugar, yo invito, de verdad – su sonrisa ahora era forzada, nerviosa.

-Ok, vamos – tome una chamarra, mi pequeño bolso cruzado en el cual iba mi cartera, celular y llaves, no podía dejar que el pagara todo.

Fuimos al centro comercial, allí podríamos encontrar de todo sin tenernos que desplazar largas distancias, entramos a la cafetería “Con Aroma de Mujer”, jamás había tenido la oportunidad de entrar pero decían que era muy buena, las chicas la recomendaban mucho. Desayunamos en silencio, creo que ninguno de los dos sabia que decir, de repente mi celular empezó a sonar. Conteste sin fijarme en quien era…

-¿Si?

-Hasta que contestas – la voz sonaba preocupada – fui a tu casa y nadie abrió

-Eso es porque no había nadie, Lucas, ¿no lo sospechaste? – mi tono era más mordaz de lo que pretendía, Adam me miraba atento, había dejado la comida de lado

-Lía, lo siento ¿vale?

-¿Qué es exactamente lo que sientes Lucas? – estaba en una cita con Adam y Lucas lo estaba empeorando todo, si es que eso se podía

-Lamento todo, ¿podemos hablar?

-Estamos hablando – miraba a Adam con un gesto de disculpa y él solo sonrió

-Me refiero a personalmente

-No me interesa lo que tengas que decir, bye Lucas, ya no interrumpas

Colgué el teléfono, aunque hubiera querido apagarlo no podía porque mi madre seguro llamaría.

-¿Problemas? – pregunto Adam curioso y divertido

-Ninguno – le sonreí pero seguro mi sonrisa no llego hasta mis ojos.

-Ok, ¿terminaste?

-Si, ahora ¿A dónde vamos?

-Es una sorpresa – dijo Adam levantándose

-Pensé que iríamos al cine

-Si pero aún falta mucho para la película que seguro quieres ver

Se levanto de prisa, sin darme tiempo para preguntarle qué quería decir con eso, me tomo de la mano y caminamos por todas las plantas de la enorme plaza hasta que, al parecer encontramos lo que tanto buscaba. Y cuál fue mi sorpresa al ver donde nos detuvimos, un local de video juegos.

No es exactamente lo que una chica imagina de su primera cita pero fue de lo mejor, la mayoría de los juegos en los que probamos suerte fueron en los de destreza, tiro al aro, baile, etc. Para el baile tenía dos pies izquierdos así que Adam termino ganando y yo con un dolor horrible en el estomago por las carcajadas que teníamos al ver que yo no daba ni una.

Al salir de los videojuegos…

-La idea original era la feria pero no sabía cómo estaría el clima, además aquí hay menos gente – me dijo Adam cuando estábamos formados en la taquilla para comprar los boletos.

-No te preocupes me la estoy pasando genial.

-¡¡Muy bien!! Entonces la próxima cita iremos a la feria, si tu quieres claro – no parecía muy seguro de que aceptaría.

-Lo siento pero solo salgo una vez con cada chico

La sorpresa y desilusión no se hizo esperar en la cara de Adam

-Lo siento, no lo sabía – en sus ojos había tristeza y algo más.

-No es cierto, es broma – no pude aguantar más y solté una carcajada, Adam parecía aliviado y un poco avergonzado porque algunos habían volteado a vernos.

Adam era fantástico, estábamos bromeando y riendo como un par de enamorados hasta que mi risa desapareció, menuda sorpresa fuimos a encontrar en el cine. Adam se giro para ver qué era lo que llamaba tanto mi atención y el motivo por el cual había dejado de pasarlo tan bien. Allí estaba Lucas con nada más y nada menos que con la líder de las “plásticas”, Sophy; ambos se dieron cuenta de que los mirábamos.

-¿Estás bien? ¿Quieres que nos vallamos? – me pregunto Adam trayéndome a la realidad otra vez.

-No, no, estoy bien, ¿Qué película vamos a ver? – mi tono era distante

-Estaba pensando en “Receta para el desastre”, es cómica, pero si prefieres otra, no hay ningún problema

-Esa está bien, seguro la pasamos genial. Voy por las palomitas, ¿quieres algo en especial? – Adam negó con la cabeza y antes de marcharme me tomo de la mano y me jalo hacia él, dándome un abrazo

-¿Segura que estas bien? Si quieres podemos dejarlo para otro día – me susurro al oído

-Segura, voy por las palomitas – le dije sonriendo

Estaba formada en la fila de las palomitas cuando Sophy se acerco a mí.

-Hola querida Lía – su tono era más bien hipócrita, a ella tampoco le agradaba verme en aquel lugar, seguro le había arruinado la fiesta con Lucas

-Mmmm

-Veras, solo quiero decirte una cosa – a pesar de que no la miraba le prestaba atención, más de la que quisiera en realidad – Aléjate de Lucas ¿está bien? Me gusta y lo quiero para mí y tú no lo vas a echar a perder

-No tengo nada que ver con Lucas – por fin me gire a verla y aunque no era mucho más alta que yo sí que me llegaba a intimidar.

-Pues yo no diría exactamente eso, y sabes muy bien a lo que me refiero, él no para de hablar de ti y que quiere recuperarte, lo mejor será que te alejes ¿Entendiste niña? – me pellizco tan fuerte que casi lloro pero no agache la cabeza

-Eso es asunto de mayores niña, no te metas – le dije desafiándola con la mirada. Adam se había acercado a nosotras

-Lía ¿está todo bien? – Me pregunto Adam sin dejar de mirar a Sophy

-Si claro, vamos por las palomitas – tome a Adam de la mano y antes de irnos lo suficientemente lejos Sophy grito

-Adiós Adam, diviértete con la niña

Mire intrigada a Adam

-¿La conoces?

-Y quien no lo hace – lo decía con un tono arrepentido, lo deje estar

-Tienes razón, entremos a la sala, seguro que ya vamos tarde…

Cuando termino la película ya era muy tarde, decidimos no comer, pues con todas las palomitas y golosinas que compramos estábamos satisfechos y el café lo dejaríamos para otra ocasión. Adam me acompaño hasta casa…

-Casi fue un perfecto día – dijo Adam sin casi convencerse, después de encontrar a Sophy mi humor cambio drásticamente

-Si, casi – le dije, sabia a lo que se refería

-¿Quisiera saber si volverías a salir conmigo? – Adam estaba cauteloso

-Claro, pero la próxima vez escogeré yo la película y el cine

-Me parece perfecto – Adam esbozo una sonrisa, una sonrisa de la que cualquiera podría enamorarse, hasta yo

-Creo que es hora de que entre

-Si claro, descansa – Adam se acerco para despedirse, sus labios rozaron con los míos levemente, cuando pude reaccionar Adam había salido a la carrera.

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Chicos, no se vallan sin comentar por favor...

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