Y aquí estaba,
la pregunta del millón de dólares
-No lo sé Adam,
tu bien lo has dicho, no nos conocemos
-Claro pero
podríamos hacerlo mientras somos novios, salir y todo lo que se supone que
hagan los novios
No lo soporte
mas y me eche a reír, no sé si porque en verdad me causaba gracia o por los
nervios
-Te estás
riendo, supongo que eso es bueno. Disfruto que te rías de mí
-Lo siento –
trate de tomar en serio las cosas, aunque ya lo hacía desde las horas antes –
no me rio de ti, sino de todo esto, me sobrepasa, de verdad tendré que
pensarlo.
-Ok piénsalo y
me dices ¿qué tal mañana?
-Tómalo con
calma chico lindo, te lo diré la próxima vez que salgamos. Ahora si me
disculpas tengo que llamar a las chicas y hacer un montón de tarea
-Claro, llámame,
¿está bien?
-Lo hare, te
llamare o dejare que me llames
Adam se levanto,
ni siquiera habíamos tomado el café que estaba en la estufa pero aun se notaba
nervioso, se acerco para despedirse y por un momento desee que me besara otra
vez. Se acerco a mi rostro y planto un casto beso en mi mejilla, después de
eso, se marcho.
En verdad no
podía creerlo, deseaba que me besara y tal vez había perdido la oportunidad de
salir con él en serio, y todo por mi miedo a que me lastimen, todo por ser la
primera vez que tendría novio, todo por mi culpa. Me senté en la cocina y bebí
esa taza de café que me estaba destinada para esta mañana, con toda la
tranquilidad del mundo, meditando en que tenía que hacer con respecto a Adam,
decirle si y arriesgarme a ser lastimada o decirle no y perder la oportunidad
de salir con alguien tan lindo y tan atento como lo era él conmigo. ¿Qué hacer?
¿Arriesgar todo o nada?
Tenía que llamar
a las chicas, a alguien con quien hablar, a alguien que de verdad me pudiera
ayudar a aterrizar en la tierra, lástima que mi mejor amigo ya no era él; había
dejado de ser parte de mi vida y lo extrañaba tanto. Llamare a Vivian.
Busque mi
celular y lo encendí al minuto llegaron un montón de notificaciones, ya
entiendo lo que había dicho Adam, un montón de llamadas perdidas de él y de
todas las chicas, whatsapp al por mayor y un par de mensajes. Busque el número
de Vivian, le llame a casa pues sabía que a estas horas de la mañana tendría el
celular muerto.
-Diga – una voz
masculina bastante familiar contesto al otro lado de la línea
-Buenos días,
¿se encontrara Vivian despierta? – trataba de hacer encajar los engranes en mi
cabeza para identificar esa voz.
-No suele
estarlo a esta hora, permíteme ver – decía esa voz al otro lado de la línea y
antes de que pudiera identificarlo se intensifico el silencio.
-¿Hola? – dijo
Vivian con un bostezo.
-Hola Viv,
perdón si te desperté, pero tengo que hablar contigo
-¿Lía? Dios Lía
¿Estás bien? – sonaba desesperada, me carcomía la conciencia por haber apagado
el celular y hacer que todos se preocuparan
-Sí, perdón,
estoy bien. Es necesario reunir a las brujas,
tengo problemas y se llaman plásticas, bueno
y también de chicos, pero de verdad, las necesito, ¿podrías llamar a las demás?
Nos vemos en mi casa.
-Si, claro – se escuchaba
mas tranquila
1 comentario:
Hola.. quede con ganas de mas :(
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